La historia se puede volver a repetir en Asia
Durante estos último años el problema en Asia está en que la población, durante las épocas de sequía de los ríos, invaden los cauces de la manera más irresponsable sin considerar los peligros que puede ocasionar posteriormente el agua de avenida, como pasó en los meses de febrero y marzo que arrasó con varias hectáreas de cultivos, incluso viviendas.
Rosario de Asia, es un claro ejemplo. Pobladores invadieron una parte del río, pero a inicio de año el agua de avenida recuperó su espació y lo seguirá haciendo, simplemente toman su curso destruyendo vivienda y dañando a muchas personas. Es aquí donde se presenta el desastre. Si la población no hubiera ocupado dichas áreas, no habría desastres que describir.
Sin embargo a pesar de saber que vivimos en espacios que han sido cauces, seguimos construyendo en suelos blandos o rellenos. Cuando ocurra un sismo, todas las viviendas serán presa fácil del movimiento telúrico, entonces culparemos a la naturaleza, cuando en realidad la culpa son de las personas que construyen de forma irresponsable sus viviendas.
Solo falta un mes para que inicie la temporada de las lluvias en la Sierra de Yauyos, no sabemos cómo será el próximo año, con mayor o menor intensidad de las aguas en los ríos. La verdad es que debemos estar preparados ante cualquier peligro; si estamos ocupando espacios que han sido cauces, debemos retirarnos antes que los ríos vuelvan a marcar su territorio.
Realmente, necesitamos cultura de prevención, y parece que olvidamos rápido las experiencias con los huaicos. Si seguimos cerrando los ojos y pensando que Dios es asiano, seguiremos siendo afectados y los desastres estarán asegurados. Es el momento de asumir nuestras responsabilidades para que la historia no se vuelva a repetir.
Rosario de Asia, es un claro ejemplo. Pobladores invadieron una parte del río, pero a inicio de año el agua de avenida recuperó su espació y lo seguirá haciendo, simplemente toman su curso destruyendo vivienda y dañando a muchas personas. Es aquí donde se presenta el desastre. Si la población no hubiera ocupado dichas áreas, no habría desastres que describir.
Sin embargo a pesar de saber que vivimos en espacios que han sido cauces, seguimos construyendo en suelos blandos o rellenos. Cuando ocurra un sismo, todas las viviendas serán presa fácil del movimiento telúrico, entonces culparemos a la naturaleza, cuando en realidad la culpa son de las personas que construyen de forma irresponsable sus viviendas.
Solo falta un mes para que inicie la temporada de las lluvias en la Sierra de Yauyos, no sabemos cómo será el próximo año, con mayor o menor intensidad de las aguas en los ríos. La verdad es que debemos estar preparados ante cualquier peligro; si estamos ocupando espacios que han sido cauces, debemos retirarnos antes que los ríos vuelvan a marcar su territorio.
Realmente, necesitamos cultura de prevención, y parece que olvidamos rápido las experiencias con los huaicos. Si seguimos cerrando los ojos y pensando que Dios es asiano, seguiremos siendo afectados y los desastres estarán asegurados. Es el momento de asumir nuestras responsabilidades para que la historia no se vuelva a repetir.
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