Asia en tiempos del Cóndor Andino
Foto de Murphy en la isla guanera de Asia (1925) |
Mi madre que ya tiene casi 80 años de edad, siempre me habló que de niña le tenía miedo al “cóndor de chalina blanca” cuando éste sobrevolaba casi peinando su cabeza. Sus encuentros en el valle de Asia eran frecuentes. Hace unos días, desempolvando unas enciclopedias antiguas, encontré un sorprendente texto de 1925 en que se habla precisamente del Cóndor Andino en la isla guanera de Asia. Esta es la historia.
Texto y fotos: Iván Reyna Ramos
Era el verano de 1925. Ese año fue extremadamente lluvioso desde Tumbes hasta Pisco. Tal sería la furia de la naturaleza que atrajo la atención del ornitólogo estadounidense Robert Cushman Murphy. El científico era la segunda vez que llegaba al Perú por razones de estudios. Convocó a muchos extranjeros que residían en el país para estudiar el fenómeno climático que se presentaba en el mar peruano.
El investigador comprobó cómo delfines y tiburones se encontraban lejos de su hábitat. También reportó la desaparición del plancton (propio de las aguas frías), así como la gran mortandad de aves guaneras. En su recorrido por las playas -entre ellas las de Asia- encontró ballenas, delfines, lobos, tortugas, peces, pingüinos, aves y otras especies muertas. Pero Murphy también se da cuenta que hay grupos de Cóndores Andinos (Vultur gryphus) que se alimentan de la carroña.
Y es entonces, que el científico se embarca en una balsa de totora y llega a la isla guanera de Asia. Según sus apuntes, vio “un mínimo de 18 cóndores andinos volando lentamente de un lado a otro”, además de “gallinazos cabecirrojos y gaviotas alimentándose de huevos de una gran colonia del cormorán guanay, que contenían numerosos huevos y polluelos”. Murphy constató que “los cóndores caminaban alrededor de las madrigueras y atrapaban a las aves que salían a comer”. Dice que “el Cóndor Andino no es sólo un carroñero de esta isla, sino también un ave de rapiña, que se alimenta de aves marinas adultas y de huevos”. Afirma que “los cóndores, gallinazos y gaviotas de la isla de Asia eran más abundantes y rapaces que en cualquier otro lugar que había visitado”. Antes del mediodía, pudo ver que “todos los cóndores volaban a tierra”.
Pero Robert Cushman Murphy se interesó mucho más sobre el cóndor en la isla de Asia. Dice que se percató de que “un cóndor se encontraba sentado en medio de una gran colonia de cormoranes guanay, rodeado de un círculo de nidos abandonados y saqueados”. Fue, entonces -y que pese a tener a mano su escopeta que por entonces no estaba prohibido disparar a las aves guaneras- se ingenió para atraparlo. Y así fue. Sin que se dé cuenta lo tomó por las patas, y al alzarlo vomitó una gran cantidad de claras y yemas sin cáscaras, lo que le hizo suponer que el cóndor succionaba el contenido del huevo. “Las claras y la mayoría de las yemas intactas de una docena de huevos frescos salían de su garganta”. Pero el investigador se dio cuenta que no había fragmentos de cáscaras, de manera que pensó que “los cóndores deben absorber el contenido de los huevos con sus lenguas en forma de canaleta”.
No contento con este cóndor, Murphy comenta que después examinó otros cinco cóndores más en la isla de Asia. Describe que en sus estómagos halló “pedazos de pescados, cuerpos de petreles, partes de pingüinos, pezuñas de cerdos, huevos frescos de aves productoras de guano, restos de algas marinas, el fémur, radio y cartílagos de nutrias marinas”.
Estas observaciones fueron publicadas en 1926 bajo el título de “Bird Islands of Peru”. Los reportes despertaron enorme interés en el mundo científico. Los investigadores empezaron estudiar la relación que existía entre el calentamiento del mar peruano y las sequías en otras partes del mundo. Recién se hablaba seriamente del Fenómeno de El Niño. Murphy había incluido en su documentación la foto del Cóndor Andino que atrapó en la isla guanera de Asia para sus investigaciones. Así, el nombre de Asia se hacía mundialmente conocido.
Y nosotros –tras conocer estos episodios de 1925- junto con cinco amigos asianos de pura cepa nos embarcamos en una balsa y también llegamos a la isla guanera que está protegida por el Estado desde el 2010 bajo la categoría de Reserva Nacional. Son siete los islotes que conforman la gran isla de 70 hectáreas en total. Se eleva a 123 metros sobre el nivel del mar. Se ubica a una milla náutica (1,852 metros), casi 2 kilómetros desde los condominios playeros. Si bien ya no se ve pasar al Cóndor Andino, sigue siendo un paraíso de piqueros, guanayes, pelícanos, pingüinos de Humboldt, zarcillos, gaviotas. Se estima que aquí viven más de 100 mil aves guaneras de las 4 millones que existen en todas las islas del litoral peruano.
¿Pero quién fue Robert Cushman Murphy? Un ornitólogo, nacido en Nueva York en 1877. Estudió en la Universidad de Brown. Autor de más de 600 artículos científicos. Pasó la mayor parte de su vida dedicada a las investigaciones con el fin de donar al American Museum una colección de un millón de especímenes de aves. En 1936, fue galardonado con la Medalla de Giraud Elliot Daniel de la Academia Nacional de Ciencias. Fue elegido miembro correspondiente de la Australasian ornitólogos Unión Royal en 1939. Antes de morir, una de las escuelas secundarias locales en el Three Village Distrito Central School fue nombrada en su honor: Robert Cushman Murphy Junior High School. Murphy falleció en 1973. Tras su muerte, dos montañas y diversas especies de animales llevan su nombre. De alguna manera –para que nunca quede en el olvido- este es un homenaje a la memoria de un hombre que vino desde lejos a estudiar la biodiversidad marina de Asia.
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